En la Lógica Clásica o Aristotélica, el estudio tradicional del pensamiento consiste en el análisis de las ideas, el juicio y el raciocinio. La Lógica Moderna, en cambio, ha centrado su estudio en las PROPOSICIONES.
La Lógica Proposicional recibe ese nombre porque analiza la composición de los argumentos distinguiendo esencialmente dos tipos de proposiciones: las simples o atómicas y las compuestas o moleculares.
